Por ello, hemos querido hablar con Sara Pizzinato, responsable de la Campaña de Transporte en Greenpeace y firme activista de la campaña "yosoyantinuclear", para analizar la situación de esta central y la postura del Gobierno ante las energías renovables.
Por Adrián Verdugo (MamáTierra en CeroPretensiones)
Pregunta: Tras la histórica multa impuesta a la central de Garoña, parece que la campaña antinuclear de Greenpeace cobra de nuevo protagonismo.
Respuesta: La verdad es que sí. Creo que ahora, tras esta sanción contra la energía nuclear, es un momento perfecto para retomar el debate serio y en condiciones sin mentiras por lo que pedimos a todos los españoles que saquen su ser antinuclear y que firmen en el primer registro yosoyantinuclear, que establecimos en España para que Zapatero cumpliese con su compromiso de cerrar todas las centrales nucleares en España.
P: Vosotros ya realizasteis una protesta en Garoña el 20 de noviembre de 2008, ¿cuáles fueron esos motivos?
R: El motivo es que en julio de este año el Gobierno debe decidir si alarga 10 años más la vida útil de esta central. Se trata de una decisión fundamentalmente política y por eso empezamos ya desde Greenpeace a recordar a Zapatero que prometió en dos de sus promesas electorales que empezaría por Garoña un proceso de cierre paulatino de las centrales nucleares españolas. En julio de este año Garoña no debe recibir una ampliación de su vida útil. Por ello además, pedíamos que se evitase la recarga de combustible del pasado marzo, que otorgó dos años más de vida a la central.
R: Bueno, en realidad la central ahora no es deficitaria. La central sería deficitaria si se construyese de cero sobre un sistema eléctrico liberalizado como es el actual. Hay que recordar que esta central fue inaugurada por Franco en 1971. En aquel momento todos los ciudadanos pagaron la instalación, que es el gasto mayor de una central. Y en la actualidad, los ciudadanos pagamos los gastos de seguridad y de gestión de residuos, que son los más costosos de su funcionamiento. Quitando todo esto, las centrales nucleares gestionadas por las grandes compañías eléctricas son la gallina de los huevos de oro. Principalmente, porque se encuentran con todo pagado menos una pequeña parte que corresponde a la seguridad. Por ello, sólo se dedican a ganar dinero. Pero si las compañías eléctricas tuviesen que internalizaran todos los costes públicos, otro gallo cantaría.
R: Eso es rotundamente falso. Rotundamente. Primero recordar que desde los Acuerdos de Marrakech la energía nuclear ha quedado excluida de los mecanismos de desarrollo limpio de los países en vías desarrollo para luchar contra el cambio climático. Se ha comprendido que la energía nuclear no puede ser la solución al cambio climático exportable a estos países. Segundo no es cierto que no emitan Co2. No emiten Co2 durante el proceso de fisión nuclear. Eso sí para la extracción de una tonelada de uranio son necesarias 600 toneladas de minerales de uranio empobrecido, para cuya extracción y transporte se producen miles de toneladas de Co2. Así una central nuclear en todo su ciclo productivo consumiría lo mismo que una central térmica de ciclo combinado, por lo que no resultaría una solución al cambio climático. La verdadera solución son las energías renovables.
R: No. Solamente no se frenaría la dependencia del petróleo sino que, además, tampoco se eliminaría la dependencia internacional de otros combustibles que son cien por cien importados y que resultan imprescindibles para el enriquecimiento de uranio. Porque recordemos que España no puede enriquecer uranio. Por otra parte el enriquecimiento de uranio depende de patentes japonesas y estadounidenses que, de ser retiradas, supondrían la imposibilidad de producir energía por este método.
P: En esta política de desmantelamiento de centrales, ¿ están los gobiernos español y francés buscando en el Magreb territorios para instalar las centrales nucleares?
R: Pues sí. Hay una declaración de la responsable de una de las mayores empresas de reactores nucleares francesa que viene a decir que mientras esté Sarkozy no van a necesitar comercial en la empresa, que ya se encargará él de vender la energía nuclear a todo dios. Parte de la empresa nuclear francesa que debe ser pública (en Francia la gestión nuclear es pública e íntimamente ligada al programa militar galo) busca desesperadamente dinero, porque es una industria que no sabe de dónde va a sacar todo el dinero necesario para gestionar la ingente cantidad de residuos cuando empiecen a cerrarse centrales nucleares por viejas. Por ello, necesita vender reactores nucleares a otros países. ¿A qué precio? A uno muy elevado. De este modo, muchos países en desarrollo invierten sumas enormes de dinero en falsas soluciones a los problemas energéticos.
R: Hay muchas cosas que se tienen que cambiar y que se pueden cambiar. Y este es un mensaje muy positivo. Desde Greenpeace hemos realizado un estudio en el que calculábamos un escenario realista sobre cómo reducir a la mitad las emisiones del planeta para el 2050. Pero eso sí defendiendo el derecho de los países en vías de desarrollo a tener su crecimiento a costa de la reducción de demanda energética en los países industrializados, que a fin de cuentas, hemos sido los que hemos provocado el cambio climático y los que tenemos la tecnología para invertir en I+D. Además somos los que tenemos la responsabilidad para invertir esta tendencia, gracias al ahorro y a la eficiencia energética. Luego hay una parte muy importante de la aplicación de las energías renovables, cuya responsabilidad concierne a todos, desde los gobiernos a los agentes sociales. Pero tú y yo fundamentalmente, lo que deberíamos hacer es utilizar la energía de manera mucho más eficiente de la que la empleamos. Por ejemplo, con aparatos eléctricos de clase A o superior, bombillas de ahorro y usar la bicicleta o el transporte público en vez del coche.
El gobierno socialista está teniendo un papel muy contradictorio en estas dos legislaturas que lleva en el poder. Por un lado, teníamos un ministerio de medio ambiente que hablaba de cambio climático por primera vez en un gobierno español. Y lo hacía de forma seria. Pero, por otro lado hay un ministerio de industria que intenta socavar cualquier iniciativa por aumentar la implantación las energías renovables en España. Así, mantiene el elevado lucro de las empresas eléctricas y un aumento de su demanda, favoreciendo que sigan ahí las centrales nucleares, que son centrales que no se pueden apagar y deben funcionar sin parar las 24 horas del día.
Por ello, se favorece el consumo, para generar una demanda que gaste toda esa sea esa razón de ser de esas centrales. En definitiva, y a pesar de lo adecuado - y necesario- de esta multa, contamos con un gobierno que habla mucho de energías renovables y eficiencia pero que, al fin y al cabo, sigue primando el carbón como fuente de producción de electricidad, la más sucia de todas. Seguimos invirtiendo en nuclear y en tecnologías que no son la solución al cambio climático, porque, a pesar de la multa, la central continúa funcionando a pleno rendimiento. Lamentablemente, el Ministerio de Industria de este gobierno sigue siendo títere de las compañías eléctricas.
[Los enlaces de esta entrevista fueron escogidos a propuesta de Sara Pizzinato]