lunes, 8 de junio de 2009

E PSOE pidió al CSN que ocultase su informe hasta después de las elecciones

Los socialistas presionaron al Consejo de Seguridad Nuclear para que no publicase su informe hasta hoy. El Consejo se muestra favorable a prorrogar la vida de Garoña 10 años más. Aunque su veredicto no es vinculante, contradice las promesas electorales de Zapatero sobre el desmantelamiento del parque nuclear en España.

Por Adrián Verdugo (MamáTierra en CeroPretensiones)

Interior de la Central de Santa María de Garoña/ N.D.A

El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha comunicado hoy su decisión de prorrogar por 10 años más la licencia de explotación de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos). A cambio, los cinco consejeros (dos propuestos por el PSOE, dos por el PP, y uno por CiU) imponen a las empresas concesionarias de la central, Endesa e Iberdrola, una serie de condiciones de obligado cumplimiento y cuyo coste ascendería a 50 millones de euros.

Aunque el pasado viernes ya se produjeron filtraciones sobre su decisión, la intención del Consejo era retrasarla hasta hoy, a pesar de que el viernes fuera la fecha límite para la publicación del informe. De este modo, contentaba a sus dos consejeros socialistas, quienes insistieron en retrasar el veredicto sobre la vida útil de Garoña hasta después de las elecciones europeas. Esto ha permitido que el Ejecutivo y el PSOE hayan eludido el tema de Garoña durante la campaña, con la excusa de que no podían opinar hasta que no conociesen el dictamen.

Sin embargo, tras las filtraciones procedentes desde el Ministerio de Industria, el PSOE ha reconocido que el CSN ocultó información favorable a la central nuclear por las elecciones. Además, fuentes socialistas reconocen que el acuerdo de ocultar el informe fue ampliamente discutido en el pleno, ya que este informe será la decisión más importante del CSN en los próximos siete años. Por su parte, las asociaciones ecologistas y antinucleares han mostrado su indignación por el proceder del Gobierno. Mientras Greenpeace acusa al Ejecutivo de "dejarse manejar por el lobby nuclear", Ecologistas en Acción critica la ocultación del informe, calificándolo como "hurto a los ciudadanos del debate sobre la energía nuclear de cara a las elecciones europeas".

Pero para el Ejecutivo, en especial para el presidente del Gobierno, la cuestión de Garoña resulta un asunto espinoso y con múltiples implicaciones. Hasta hace muy poco, Zapatero reafirmaba sus promesas electorales: "Tenemos que mantener que las nucleares cumplan la vida útil y evaluar si existe posibilidades de riesgo para la seguridad del abastecimiento". Por ello, aún sin ser vinculante, la prórroga de 10 años más a la vida útil de Garoña complica la estrategia del Ejecutivo, que cuenta con un mes de margen para tomar una determinación.

Piscina de combustible gastado en la central de Garoña/ Manuel An Sede

Ante la incertidumbre sobre la decisión del Gobierno, el Ministerio de Industria está elaborando dos líneas de estrategia: una por si se decide el cierre de la central -de forma que el PSOE cumpla su programa electoral- y otra por si rectifica y decide alargar la vida útil de la central. Entretanto, el PP ha recogido con gran satisfacción la decisión del CSN. Aunque durante la campaña electoral los populares rehusaron hablar de su apoyo a la energía nuclear, tras conocer el informe del Consejo, han comunicado hoy que preguntarán mañana a Zapatero por esta cuestión durante su comparecencia en el Senado.

No obstante, no se pude obviar la cuestión que planea sobre el cierre de Garoña: los beneficios de las empreas concesionarias y el hipotético encarecimiento de la electricidad. Como la "gallina de los huevos de oro" describió Sara Pizzinato, responsable de transporte en Greenepeace, a las centrales nucleares gestionadas por compañías eléctricas. En este sentido, el caso de Garoña resulta paradigmático.

Iberdrola y Endesa cobran la energía eléctrica de su central nuclear al precio de la central más cara que funciona en cada momento. De este modo, con tan sólo una inversión de 19,1 millones de euros en 2008, la central tuvo una cifra de negocio de 257 millones de euros durante ese ejercicio de 2008. Por tanto, el cierre de Garoña no supondrá un encarecimiento de la electricidad, sino una merma de los beneficios de las grandes compañías eléctricas.

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