En el año 2050 la energía solar cubrirá más de treinta y cinco veces la demanda de electricidad proyectada para ese año. Por su parte, la eólica lo hará más de ocho veces. Sin embargo, ni siquiera estos datos consiguen sacar del ostracismo a las energías renovables. Mientras la Unión Europea marca en su calendario fechas para recordar la importancia de las renovables, el sistema eléctrico español continua privilegiando la electricidad originaria de las centrales térmicas y nucleares.
Por Adrián Verdugo (MamáTierra en Ceropretensiones)
Por Adrián Verdugo (MamáTierra en Ceropretensiones)
La Unión Europea ha escogido este mes de junio para recordar a sus habitantes la importancia de las energías renovables. Además, ha complementado este recordatorio con un calendario de "días de ...": el pasado lunes celebró el día del viento y el próximo domingo celebrará el día del sol. Sin embargo, aunque la institución responsable de las energías renovables en España, el Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), se suma a estas celebraciones, parece que no acaba de comprender su verdadera relevancia. Sus estimaciones sobre la generación de electricidad mediante el uso de energías renovables presentan unos techos muy bajos, bastante inferiores a los que podría acoger nuestra red eléctrica.
Estos análisis del IDAE se sustentan sobre el Plan de Energías Renovables (PER), creado a iniciativa de Zapatero durante su primer mandato como presidente del Gobierno. Aunque sus intenciones fueron buenas, el PER estuvo condicionado desde su entrada en vigor por dos factores: su corto período de desarrollo (cinco años), en comparación con el estado de implantación de las energías renovables en 2005; y la presión ejercida por las grandes compañías eléctricas, que ralentizaron desde el primer momento la conversión de la red eléctrica, lo que ha dificultado un óptimo aprovechamiento de la electricidad generada mediante energías renovables.
Estas presiones derivan en situaciones que sólo resultan comprensibles en nuestro país. Una de estas situaciones fue la que se vivió durante el mes de noviembre del año pasado y tiene que ver con la energía eólica. Mientras que la fuertes rachas de viento hicieron que se batiese el récord de generación de electricidad por energía eólica, la Red Eléctrica Española mandó desconctar los generadores de los parques eólicos porque el sistema no podía soportarlo. Es decir, que miles de kilovatios se desperdiciaron porque la red eléctrica todavía no se encontraba preaparada para soportar tanta energía generada mediante los molinos.
Este despilfarro conecta de nuevo con las "particulares" estimaciones previstas en el PER. Cuando se observan sus cifras, cabe plantearse la cuestión de por qué si las renovables son el futuro, el IDAE sólo contempla su estudio a cinco años. Esta tendencia al corto plazo resulta más evidente cuando se compara el PER con el informe que Greenpeace realizó sobre las energías renovables y su producción para el año 2050. Este informe destaca que la actual apuesta por las energías renovables es mucho más baja de lo que se nos quiere hacer creer.
Para ello, basta con comparar los datos de las estimaciones de Greenpeace y las del Plan del IDAE. Si se toman como referencia las dos principales fuentes renovables de energía electrica, la solar y la eólica -objeto de los "Días de..." de esta semana-, llama la atención el fuerte contraste entre la contribución potencial que pueden tener estas renovalbes y los objetivos marcados por el PER. Así, los datos de Greenpeace indican que la energía solar termoélectrica contaría para 2050con un techo de potencia cinco mil veces superior al objetivo de potencia fijado en el PER para el 2010 (500 MG).
Por su parte, la eólica terrestre y marina también tiene unos techos de potencia muy superiores a los contempaldos por el PER. >Estos datos indican que, a pesar de su importante apuesta por la eólica, el objetivo del PER no significa ni mucho menos agotar el potencial de esta tecnología. Además, resulta más que curioso que la institución máxima en materia de energías renovables omita la eólica marina dentro de sus objetivos eólicos.
Pero, más allá de la falta de previsión del IDAE y de su tímida apuesta por las renovables, resaltaría la importancia de las cifras aportadas por Greenpeace, que demuestran que las energías renovables no son una quimera, sino la mejor alternativa para el futuro. No obstante, si queremos que esa alternativa se convierta en una realidad, debemos ir más allá de las celebración de los "días de...". Está bien recordar, pero también hace falta actuar.
Por ello, desde MamáTierra abogo firmemente por el derecho de los consumidores a elegir electricidad limpia; un derecho que debe pasar por obligar a las compañías eléctricas a facilitar en sus facturas y anuncios una información estandarizada y completa sobre el origen y el impacto ambiental de la energía que consumen. De este modo, todos estaremos en disposición de decidir cuál es la energía que queremos sufragar.
Estos análisis del IDAE se sustentan sobre el Plan de Energías Renovables (PER), creado a iniciativa de Zapatero durante su primer mandato como presidente del Gobierno. Aunque sus intenciones fueron buenas, el PER estuvo condicionado desde su entrada en vigor por dos factores: su corto período de desarrollo (cinco años), en comparación con el estado de implantación de las energías renovables en 2005; y la presión ejercida por las grandes compañías eléctricas, que ralentizaron desde el primer momento la conversión de la red eléctrica, lo que ha dificultado un óptimo aprovechamiento de la electricidad generada mediante energías renovables.
Mapa de energías renovables/ Greenpeace
Este despilfarro conecta de nuevo con las "particulares" estimaciones previstas en el PER. Cuando se observan sus cifras, cabe plantearse la cuestión de por qué si las renovables son el futuro, el IDAE sólo contempla su estudio a cinco años. Esta tendencia al corto plazo resulta más evidente cuando se compara el PER con el informe que Greenpeace realizó sobre las energías renovables y su producción para el año 2050. Este informe destaca que la actual apuesta por las energías renovables es mucho más baja de lo que se nos quiere hacer creer.
Comparación entre el techo de portencia calculado para 2050 y el obhetivo de potencia instalada en el Plan de energías Renovables en España 2005-2010. Fuente: Informe Renovables 2050 (Greenpeace). Elaboración propia.
Por su parte, la eólica terrestre y marina también tiene unos techos de potencia muy superiores a los contempaldos por el PER. >Estos datos indican que, a pesar de su importante apuesta por la eólica, el objetivo del PER no significa ni mucho menos agotar el potencial de esta tecnología. Además, resulta más que curioso que la institución máxima en materia de energías renovables omita la eólica marina dentro de sus objetivos eólicos.
Pero, más allá de la falta de previsión del IDAE y de su tímida apuesta por las renovables, resaltaría la importancia de las cifras aportadas por Greenpeace, que demuestran que las energías renovables no son una quimera, sino la mejor alternativa para el futuro. No obstante, si queremos que esa alternativa se convierta en una realidad, debemos ir más allá de las celebración de los "días de...". Está bien recordar, pero también hace falta actuar.
Por ello, desde MamáTierra abogo firmemente por el derecho de los consumidores a elegir electricidad limpia; un derecho que debe pasar por obligar a las compañías eléctricas a facilitar en sus facturas y anuncios una información estandarizada y completa sobre el origen y el impacto ambiental de la energía que consumen. De este modo, todos estaremos en disposición de decidir cuál es la energía que queremos sufragar.
Creo haber leído en algún que otro periódico de tirada nacional que las inversiones en energía solar habían disminuido por una cierta corrupción en la concesión de subvenciones y licencias a los propietarios de los terrenos. ¿Está realmente la energía solar en condiciones como para ser debidamente aprovechada y controlada en España? Te lo propongo para otra semana en Mamá Tierra.
ResponderEliminarUn abrazote.